Secretos y tips de la bella modelo Florencia Fabiano

A través de su testimonio podrás conocer sus recuerdos, sus anécdotas, y por sobre todo, interiorizarte sobre los consejitos y las maneras en que cuida su piel y su cuerpo para estar siempre bella.

Ella comenzó su carrera en la adolescencia, entre los 14 y los 15 años, pero cuenta que ya desde chiquita se expresaba desde un lugar muy parecido al de una top model. Se acuerda de que cuando iban a la playa con su familia, su mamá le llevaba varios trajes de baño porque ella se los quería cambiar seguido. Y, además, en sus fotos ya era imprescindible la manito en la cintura y la inclinación de la cadera. Así es como la modelo argentina Florencia Fabiano describe sus primeros pasos.

Sin embargo, todo se acrecentó cuando empezó a compartir la peluquería con su madre y comenzó a recibir información, comentarios y consejos sobre la posibilidad de modelar. En ese entonces, la modelo Nicole Neumann era la “Lolita” del momento y se escuchaba que las chiquitas podrían tener una proyección en el medio. Así lo cuenta Flor: “El peluquero de Pino Leo y Lina, y la gente de ahí se lo decían a mi mamá, y directamente a mí también, y ahí fue que me entusiasmé con la idea. Me divertía”. Recuerda que en el diario encontró que ofrecían un curso; nada más y nada menos, que el de Anamá Ferreira. Le gustó la propuesta y en poco tiempo ya estaba haciéndolo.

Ya en el curso, en una de las clases de fotografía y book, conoció a los fotógrafos del estudio Machado Cicala, que después de la primera clase la convocaron para realizar la gráfica de una peluquería. Durante ese tiempo, también pudo llevar a cabo su primera campaña de la marca de ropa CAOBA. “¡Era re chiquita!”, se ríe hoy. Y continúa contando que los Machado Cicala, después de esas fotos, la llevaron por distintos lugares: “Y se puede decir que ahí arrancó mi carrera”, aclara.

Así se entusiasmó por el mundo de la indumentaria, el maquillaje, los castings o, en sus palabras, “lo nuevo”. Flor sabía que quería eso. “Es un flash cómo las cosas un poco llegan, pero también otro poco uno llega a ellas. ¡Y acá estoy!”, resume en pocas palabras, pero muy significativas.

Campaña Gráfica para Blaqué, maquillada por Frumboli Estudio.

Cuidados de una top
En cuanto a su rutina de belleza, desde que empezó con su profesión aprendió cosas de la femineidad, de la moda, pudo encontrar su estilo, y aprendió a maquillarse, aunque asegura que prefiere hacerlo poco “porque después de varias producciones me gusta más como me queda el estilo natural”.

Algo que considera fundamental en su vida es tener prolijas las manos y los pies, el pelo, la cara, y el cuerpo en general. “Pero lo más importante de todo es sacar la mejor versión de mí misma. Intentarlo, tenerlo presente, sin la obsesión de quien no soy”, cuenta.
Como toda mujer que vive de su apariencia, no descuida los detalles y entre ellos, sabe que el cuidado de la piel es fundamental: la limpia, la protege del sol y toma mucha agua. Además, usa cremas, visita a la cosmetóloga y trata de comer sano: “Sé qué cosas afectan directamente a mi piel; por ejemplo, la comida frita y entonces la evito”.

Convencida de que el deporte es una de las tantas búsquedas y elecciones que uno tiene que hacer, Flor tiene un personal trainer y hace yoga. “Hay que buscar lo que nos gusta, no todos estamos para el gimnasio repleto, ni la clase de natación tres veces por semana. Hay millones de cosas para hacer, hay que buscar lo que nos hace bien, e ir por ahí”, aconseja.
En cuanto a sus productos básicos e infaltables, cuenta que su make up para el día es rimmel y algo en la boca. Y si se ve pálida, usa un rubor en crema. Sólo ocasionalmente, cuando siente que lo necesita mucho, se aplica una base.

A la noche prefiere casi la misma fórmula, con base y rubor más seco, dependiendo del look, pero agrega un iluminador en los párpados, delineador, “y seguramente ya mi boca tenga un color más definido”.

Del otro lado
Desde que comenzó a estar detrás del lente de la cámara es mucho más consciente del trabajo de todo fotógrafo y por eso trata de entablar una energía, de sintonizar. “Mirar y mirar, decirle algo cuando me saca una foto. Antes lo hacía por inercia ahora lo tengo mas presente”, explica.

También aprendió a amar a la luz natural: “Mi estilo es bastante natural, me gustan mucho los retratos naturales de gente común. Por ahí cuando armo cosas con amigas siempre llamo a una amiga maquilladora y se ocupa del tapa ojeras, porque es fundamental, pero después todo está de acuerdo a lo que se haga, hay que jugar”, finaliza Flor, para quien el make up es un complemento importantísimo de la moda.

“Creo que pelo-make up-modelo-fotógrafo-estilista son los pilares de un mismo nivel de importancia para lograr una obra de arte”, concluye contundente.